Just me
Monday, June 19, 2006
Entonces... en que nos ponemos?
Estamos de acuerdo con que los parámetros de moda y belleza vienen pre aprobados por los modistos, los y las Top Model, y por el bombardeo convencional de lo bello.
Ok. Ahora bien, ¿Quién decide quién gusta y quién no? ¿Quién “jala”?, ¿O no se han fijado en que hay hombres y mujeres “técnicamente” atractivos que no levantan ni una mosca?
¿Y que hay otros no tan agraciados físicamente, que pican más que el sol de las 12? ¿Y cuál será el melao?
Ahhhh, ahí radica el puntito en cuestión. El otro día una mujer en la peluquería se sentía gorda después de su parto. Realmente tenía unas libritas de más, pero no lucía mal, y se lamentaba de no poder usar unos colaless porque no le quedaban bien. Le faltaba atreverse a sentirse atractiva, ponerse una prenda sexy y lucirla con descaro y gracia. Eso era todo.
Hay incluso gente objetivamente fea que, por alguna razón, resulta atractiva. Los ve uno tan bien puestos, con una mirada segura y un rostro afable, una manera de gesticular agradable y una personalidad atrayente que hace que resulte particularmente exitosa en términos de conquista para su “target” de público.
Si no se tienen las piernas de Naomi Campbell, los ojos de Gwyneth Paltrow y el trasero de Jennifer López no podemos hacer nada. Lo que sí podemos, hombres y mujeres, es trabajar sobre lo que Dios nos dio. Mantenernos en un peso adecuado, si es posible hacer ejercicio, cuidando nuestra piel, nuestro corte de pelo, nuestra ropa, pero por sobre todas las cosas, descubriendo nuestros puntos fuertes físicamente y sintiéndonos sinceramente conformes con cómo somos.
Nuestra cara y nuestro cuerpo es el que tenemos, luchemos por mantenerlo decente, pero reinventemos para nosotros los parámetros de atractivo y unámoslo con los mejores rasgos de nuestra personalidad. Hacia fuera emanaremos ese bienestar interior y los demás lo verán, y lo notarán. ¿O no se han dado cuenta que cuando están viviendo una etapa de enamoramiento o alegría la gente inmediatamente nos encuentra más bonitos?
Una mujer que se siente sexy y camina con gracia, se arregla bien y puede lucir una coquetería natural, seguro que recoge más números de teléfono o tiene mejore resultados al final que muchas mamasotas inseguras y ‘cacos’ huecos que andan por ahí. En el caso de los hombres todavía más, porque las mujeres usualmente buscan algo más que un físico atractivo. No se pierdan, y si no están, ¡pónganse!
Ok. Ahora bien, ¿Quién decide quién gusta y quién no? ¿Quién “jala”?, ¿O no se han fijado en que hay hombres y mujeres “técnicamente” atractivos que no levantan ni una mosca?
¿Y que hay otros no tan agraciados físicamente, que pican más que el sol de las 12? ¿Y cuál será el melao?
Ahhhh, ahí radica el puntito en cuestión. El otro día una mujer en la peluquería se sentía gorda después de su parto. Realmente tenía unas libritas de más, pero no lucía mal, y se lamentaba de no poder usar unos colaless porque no le quedaban bien. Le faltaba atreverse a sentirse atractiva, ponerse una prenda sexy y lucirla con descaro y gracia. Eso era todo.
Hay incluso gente objetivamente fea que, por alguna razón, resulta atractiva. Los ve uno tan bien puestos, con una mirada segura y un rostro afable, una manera de gesticular agradable y una personalidad atrayente que hace que resulte particularmente exitosa en términos de conquista para su “target” de público.
Si no se tienen las piernas de Naomi Campbell, los ojos de Gwyneth Paltrow y el trasero de Jennifer López no podemos hacer nada. Lo que sí podemos, hombres y mujeres, es trabajar sobre lo que Dios nos dio. Mantenernos en un peso adecuado, si es posible hacer ejercicio, cuidando nuestra piel, nuestro corte de pelo, nuestra ropa, pero por sobre todas las cosas, descubriendo nuestros puntos fuertes físicamente y sintiéndonos sinceramente conformes con cómo somos.
Nuestra cara y nuestro cuerpo es el que tenemos, luchemos por mantenerlo decente, pero reinventemos para nosotros los parámetros de atractivo y unámoslo con los mejores rasgos de nuestra personalidad. Hacia fuera emanaremos ese bienestar interior y los demás lo verán, y lo notarán. ¿O no se han dado cuenta que cuando están viviendo una etapa de enamoramiento o alegría la gente inmediatamente nos encuentra más bonitos?
Una mujer que se siente sexy y camina con gracia, se arregla bien y puede lucir una coquetería natural, seguro que recoge más números de teléfono o tiene mejore resultados al final que muchas mamasotas inseguras y ‘cacos’ huecos que andan por ahí. En el caso de los hombres todavía más, porque las mujeres usualmente buscan algo más que un físico atractivo. No se pierdan, y si no están, ¡pónganse!
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